martes, 20 de septiembre de 2011

DEL MODO DE GOBERNAR LA LENGUA

todos tenemos la inclinación de hablar mucho, y expresa sobre todo nuestra soberbia y presunción para que otros nos admiren y lucir nuestras ideas, por ello no hay que hablar mucho, sino mas bien hablar lo necesario. el no poder refrenar la lengua es un vicio que requiere extirparlo, pues “el que habla mucho esta propicio de caer en pecado”.
no es bueno alargarse en discursos o razonamientos prolijos, para no exceder los límites de la modestia.
huyamos de hablar en alta voz y sobrada eficacia, pues ambas cosas reflejan vanidad.
Es necesario examinar todo lo que vamos a decir antes que del corazón pase a  la lengua.
el ejercicio del silencio, no permite tener gran virtud, pues “ el que domina su lengua, domina su cuerpo”, de esta forma se lograrán grandes victorias , y se obtiene una gran inclinación por las virtudes .
por ello es propicio ejercitar esta virtud, callando cuando se tuviera ocasión de hablar, siempre y cuando que con ello no se afecte el prójimo. procuremos huir de las conversaciones profanas, acordémonos del gran enemigo que tenemos interiormente y fuera de nosotros, eso nos ayudará dejar sin dificultad las conversaciones y discursos inútiles.