sábado, 6 de julio de 2013

LA FE y LAS DIFICULTADES

LA FE y LAS DIFICULTADES                                                                                                                Por: Pavlusha Luyando
Cuando la Fe se empequeñece las dificultades se agigantan.
Todos los obstáculos para la vida de fe se resumen en su génesis en un alejamiento de Dios. Todas las tempestades las de dentro del alma y las del ambiente no nos derriban mientras estemos bien afincados en la oración.
La única garantía que tenemos de tener trato con Dios, es la oración y los sacramentos. Cuando uno es creyente los conflictos y trabajos diarios fortalecen la fe, curten la esperanza y nos unen más a Dios.
Así como el oro se purifica en el fuego; la fe se fortalece en las pruebas

sábado, 27 de abril de 2013

LAS TENTACIONES FORJAN VIRTUDES

LAS TENTACIONES FORJAN VIRTUDES

Por: Pavlusha K. Luyando Joo

No es conveniente ceder a las tentaciones, pues las malas inclinaciones crecen con los propios actos. Mientras más se repite el acto malo, la inclinación al mal se arraiga y se enseñorea en el cuerpo. Quedará la persona más inestable y las caídas serán mucho más fáciles.
Por ello debemos luchar contra las tentaciones, cuando resistimos a ellas crecemos en virtud y fortaleza.
Las tentaciones son necesarias en la vida del hombre. Cuando la mar está tranquila, el hombre se torna confiado, la larga paz lo vuelve flojo y poco diligente. Cuentan que Cantón en el senado romano dijo alguna vez: “conviene a los romanos que Cartago este en pie, para que el ocio no nos traiga peores males”.
Al no tener tentaciones hace que los hombres se vuelvan descuidados. No hay quien les haga tomar disciplinas, busca entretenimientos para paliar su aburrimiento. Por ellos son importantes las tentaciones para despertar al hombre, para que se acuerde de Dios. La necesidad y el peligro enseñan a orar y hacen acudir a Dios de verdad.
Lamentablemente vemos que cuando todo va bien descuidamos  las cosas espirituales.
Igual que una madre cuando deja a su pequeño hijo dar solo algunos pasos con el riesgo de caer, para así aprender a caminar; así Dios permite algunas tentaciones o pequeñas caídas para que sean los despertadores y estimule avanzar en la vida espiritual

LA IMPORTANCIA DE LA MANSEDUMBRE


La importancia de la mansedumbre
Por :Pavlusha K. Luyando

Después de la humildad y pobreza, es la mansedumbre la virtud más importante. Por eso, Jesucristo decía a sus amados discípulos: Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y así hallareis descanso para vuestras almas. La humildad es como la raíz del árbol, y la mansedumbre es el fruto.

Con la humildad, dice San Bernardo, se agrada a Dios, y con la mansedumbre, al prójimo.
No hay virtud que los atraiga tanto como la mansedumbre.
Si se les trata con mansedumbre, todos se presentan, es como mostrar miel a las abejas, todas vienen; pero si se les trata con aspereza, se incomodan, se alejan y se quedan allá murmurando de nosotros (San 3, 13-15).

El apóstol que no trabaja con mansedumbre, sirve al mal y solo al mal.

martes, 20 de septiembre de 2011

DEL MODO DE GOBERNAR LA LENGUA

todos tenemos la inclinación de hablar mucho, y expresa sobre todo nuestra soberbia y presunción para que otros nos admiren y lucir nuestras ideas, por ello no hay que hablar mucho, sino mas bien hablar lo necesario. el no poder refrenar la lengua es un vicio que requiere extirparlo, pues “el que habla mucho esta propicio de caer en pecado”.
no es bueno alargarse en discursos o razonamientos prolijos, para no exceder los límites de la modestia.
huyamos de hablar en alta voz y sobrada eficacia, pues ambas cosas reflejan vanidad.
Es necesario examinar todo lo que vamos a decir antes que del corazón pase a  la lengua.
el ejercicio del silencio, no permite tener gran virtud, pues “ el que domina su lengua, domina su cuerpo”, de esta forma se lograrán grandes victorias , y se obtiene una gran inclinación por las virtudes .
por ello es propicio ejercitar esta virtud, callando cuando se tuviera ocasión de hablar, siempre y cuando que con ello no se afecte el prójimo. procuremos huir de las conversaciones profanas, acordémonos del gran enemigo que tenemos interiormente y fuera de nosotros, eso nos ayudará dejar sin dificultad las conversaciones y discursos inútiles.

lunes, 20 de junio de 2011

El desaliento después de las caídas

Por: Pavlusha Luyando Joo
Extracto del libro "Combate espiritual " de TISSOT
Nuestra salvación tiene dos peligros: la presunción en la inocencia y la desesperación después de las  caídas.
De los dos el segundo es el  más peligroso, porque el alma vencida en desaliento, se sumerge fácilmente en el abismo del mal. Como si una cadena de plomo estuviera en nuestro cuello que nos hunde al fondo de las aguas.
Con un arrepentimiento confiado, nada se habría perdido; pero después de una falta, que en muchos casos no pasaba de ser una sorpresa, el demonio de la desesperación se insinuó en el alma desconcertada, y esgrimiendo argumentos a cual más desalentador, concluía por conseguir que brotara el pensamiento aplastante de Caín: Mi iniquidad es demasiado grande, para que merezca perdón (Gén 6, 13).

El príncipe de las tinieblas se adueña del alma, la dirige, la empuja y la precipita donde quiere: operatur in filios diffidentiae (Efes 2, 2); le ha comunicado dos de sus más diabólicas disposiciones: el alejamiento de Dios por el pecado y el miedo a Dios por el desaliento. Incluso aprovecha las faltas más pequeños para llevar al individuo a la desesperación.

Todo el mal que hacemos no es nada a comparación de la falta de confianza en Dios, «..Hay, que perderlo todo antes que perder el ánimo, la esperanza y la resolución» (San Francisco de Sales)
No hay que desanimarse ante nuestras imperfecciones, sino es necesario levantarse y luchar contra ellas cada día, hasta el momento de nuestra muerte.

jueves, 16 de junio de 2011

COMBATE ESPIRITUAL

Por: Pavlusha Luyando Joo
luyandojoo@yahoo.com

En la tentación es importante ver las causas, que pueden ser externas o internas.
Si la tentación  es externa, hay que cerrar los sentidos: evitar ver, no escuchar, hablar o razonar sospechosamente, es necesario también evitar visitas tentadoras; etc.
Los malos pensamientos también nos pueden jugar una mala pasada pues todo acto empieza con una idea o pensamiento. Es mejor evitar las ideas tentadoras redireccionando la atención en otro objeto, de esa forma se evita la fijación  hacia el objeto tentador.El mejor remedio para evitar a los malos pensamientos  es la oración y la meditación.
Cuando vengan malos pensamientos inmediatamente hay que ponerse a orar, las jaculatorias son una gran ayuda :¡Dios mìo ven en mi auxilio!, ¡no permitas que caiga!
Muchas veces el raciocinio crítico hacia una tentación no es el mejor remedio para no caer en ellas. El entendimiento arroja estos pensamientos por una parte y por otra los excita y los llama, poniendo la voluntad en peligro.
El remedio más seguro de no caer y defenderse es  evitar la imaginación del objeto tentador , pues en el caso de escuchar un relato, pensaremos en ellos aunque no queramos. Esto es importante para los tienen apostolados de enseñanza; es mejor no mostrar en imágenes elementos tentadores, El remedio para evitar los malos pensamientos y toda tentación, es recordar la pasión de Jesucristo.
Si forjamos la humildad venceremos todas las tentaciones.

lunes, 2 de mayo de 2011

EL HOMBRE TENTADO


Por:  Pavlusha  Luyando Joo
Lima-Perú

El que tiene la experiencia puede aconsejar mejor.
Las almas probadas tienen experiencia, lo cual  les facilita entender mejor a los que debe ayudar.
La experiencia enseña mucho, hay un dicho antiguo que dice: “No hay mejor cirujano que el bien acuchillado”.
El que no es tentado ¿Qué puede saber?, En cambio el hombre que ha sido tentado, ese sabrá mucho y será hombre  de  muchos  medios  para  ayudar al prójimo  y enderezar almas.
Una de las cosas principales que hay que hacer en tiempo  de tentación  es  mostrar  buen ánimo  y perseverancia y hasta alegría,  pues el enemigo  se debilita  cuando  nos ve  fuertes  y  perseverados.
El enemigo  se  agranda  cuando sentimos  temor y flaqueza, pero al vernos fuertes sale despavoridos.  Por ello la tentación es un medio de aprendizaje imprescindible, es la escuela espiritual más importante mediante la cual  aprendemos a  resistir.